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Del respiro del J.P. Morgan al riesgo Fantino

“No se debe subestimar a Caputo”, le atribuyen decir a su anterior jefe en el Estado. Más explícitamente, no se debe subestimar la inagotable capacidad de conseguir deuda del tipo y forma que fuera. Otro muy importante actor de otro gobierno anterior –economista como el actual presidente– dijo que el plan de Milei/Caputo no tendrá fecha de vencimiento mientras el gobierno de Estados Unidos (Trump) esté dispuesto a prestarle a Argentina todos los dólares que le hicieran falta. Más explícitamente, en este caso, habría que preguntarse cuán inagotable es (será) la capacidad de Milei de seducir a Trump y el deseo (errático) de este de ser seducido por él.

Por ahora, Milei puede confiar en el interés de Trump por mantenerlo a flote después de que decidió tomar a Lula como significante de todos los BRIC (original) porque, mientras China pagaría un 30% de aranceles y Rusia e India un 25%, el único BRIC que quedaría con el 50% de aranceles es Brasil, nuestro principal vecino.

Castigar por sobre los demás al único BRIC que no tiene bomba atómica –Brasil– permite comprender por qué Corea del Norte invirtió tantos recursos para desarrollar la suya en el pasado. Estados Unidos bombardea Irán, que aún no tiene bomba atómica, para que no la tenga pero no al régimen de Kim Jong-un. Dictador con bomba atómica es menor dictador. Real politic.

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Argentina no es de los cuatro grandes del mundo no alineados con Estados Unidos ni tiene bomba atómica pero, en esta contemporánea cohabitación con Trump, tiene a Milei (con las ventajas y desventajas de ambos, para sus propios y ajenos países).

Así como pareciera existir el “riesgo kuka” y el mercado pondera las posibilidades de que La Libertad Avanza no le gane o no le gane contundentemente al peronismo, su antídoto es el “seguro Trump”, que contrarresta los temores del mercado y se expresa con el FMI aprobando nuevos desembolsos y condiciones más laxas que benefician al plan económico Milei/Caputo.

No habría que descartar que después de acercarse o llegar el techo de banda, hoy de 1.450 pesos, pueda tranquilizarse nuevamente la demanda de dólares y cese el aumento de su precio al comprobarse que el Banco Central contaría con los recursos para vender los dólares que hicieran falta y la autorización de FMI para hacerlo, y no quedaran incentivos para no renovar la deuda en pesos que vence en agosto con tasas de interés tan positivas.

Pero se percibe al equipo económico “reculando en chancletas en temas varios” por ejemplo en el aumento de encajes. Roberto Lavagna, en época del ministro de Economía Sergio Massa, cuando se discutía el costo fiscal de los pasivos remunerados (letras de deuda llamadas Lebac con Macri, Leliq con Alberto Fernández y LeFi con Milei) y su incidencia en el déficit cuasi fiscal por sus altos intereses, recomendaba simplemente aumentar los encajes bancarios cumpliendo el doble papel de esterilizar el sobrante de pesos y al mismo tiempo reducir el déficit cuasi fiscal porque los encajes no son remunerados, es decir el Estado no paga interés por ellos.

Paradójicamente, le hizo caso el gobierno de Milei y no el de Massa, subiendo primero del 20% al 30% el total de los depósitos que los bancos deben dejar inmovilizados y a partir de ayer –1° de agosto– al 40%.

Otro “recule en chancletas” se desprende de la decisión de aumentar en julio las tasas de interés que tiene como consecuencia potenciar otra ancla al programa antiinflacionario: si el ancla del dólar no resulta suficiente, hará su trabajo el ancla de los salarios y su contrapartida en consumo, es decir menor crecimiento económico, de lo que se desprende que el Gobierno considera que es electoralmente más productivo que no haya inflación con recesión a que haya inflación con crecimiento. Se podría decir que comprobó esa preferencia en 2023, cuando el “plan platita” del Frente de Todos no alcanzaba a paliar la angustia de la continua suba de precios y ganó Milei.

Pero si fuera correcta la interpretación de que el mercado se agita ante un “riesgo kuka”, esta semana se produjo la mejor de las noticias que podrían recibir quienes se agitan al ver conformarse una liga de gobernadores no kirchneristas, responsables fiscalmente, con superávit, que se presentan como alternativa a La Libertad Avanza: Martín Llaryora de Córdoba (PJ), Maximiliano Pullaro de Santa Fe (UCR), Ignacio Torres de Chubut (PRO), Carlos Sadir de Jujuy (UCR) y Claudio Vidal de Santa Cruz (UCR-PRO), con la posibilidad cierta de que se vayan sumando otros gobernadores.

El riesgo país no es el riesgo de un gobierno sino de todos los gobiernos, los que precedieron al actual, el actual y los que puedan sucederlo, por tanto para que el riesgo país baje es preciso que haya en la oposición alternativas a Milei que no signifiquen un retroceso respecto del equilibrio fiscal y, más aún, lo superen en todas las carencias que LLA tiene en materia de microeconomía, sobre la que Milei justifica despreocuparse.

Los gobernadores estaban acompañados por Juan Schiaretti, el padre económico del cordobesismo, exgobernador de esa provincia, en lo que se interpretó como federalización del modelo cordobés que suma a la disciplina fiscal, obra pública, desarrollo e interrelación Estado-mercado, como la socialdemocracia europea.

El jueves, el ministro de Economía Luis Caputo junto al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, volvieron a aparecer en el programa del streaming Carajo (sic) llamado Las tres anclas por los tres conductores, dos exsocios de Caputo y Santiago Bausili: respectivamente Federico Furiase, miembro del directorio del Banco Central, Martín Vauthier, y Felipe Núñez, directores del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

Se podría inferir otra forma de tres anclas: el ancla cambiaria, el ancla salarial y el ancla del consumo, las tres anclas antiinflacionarias con las que Milei espera volver a ganar las elecciones en octubre de 2025, priorizando inflación sobre todo.

Y finalmente tuvo razón el J.P. Morgan cuando recomendó tomarse un respiro en pesos y pasar al dólar, que aumentó un 13% en julio, quizás ahora piense que haya que tomar aire en sentido contrario.

También tuvo consecuencias que el comunicador Alejandro Fantino difundiera –en otro streaming: Neura– una conversación privada donde el ministro Caputo le habría transmitido que (en el lenguaje de Fantino): “… se va a mover y mucho, va a ser muy bravo, la vamos a pasar para el orto, va a volar el riego país, el dólar se va a ir para arriba de la banda, el Banco Central va a tener que gastar y va a haber ruido en la calle”. Había agregado: “Los ingenieros del caos de Mandrilandia están necesitando meter un misil en un agujero que se llama superávit fiscal. Hay tres reactores de la nave espacial: déficit de cuenta corriente, tipo de cambio y déficit o superávit fiscal. La nave de Javier [Milei] va en ese triángulo y atrás vienen los kukas tirándole”.

Los “kukas” –el mismo neologismo que se utiliza en el otro streaming– no son el problema, están en retirada, le sirven de chivo expiatorio, como acusar a la vicepresidenta Villarruel y su connivencia con ellos como responsables de las turbulencias cambiarias (faltó sumar a J.P. Morgan por compartir la P y la J).

Vienen cinco meses, hasta fin de año, muy interesantes.

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