Desde hace meses, Evelin Barroso camina los barrios de Córdoba capital como parte de La Libertad Avanza, el espacio que conduce Javier Milei a nivel nacional y que en Córdoba tiene como principal figura al diputado Gabriel Bornoroni. Sin embargo, su historia pública no se inició en el territorio político sino en el religioso, ya que Barroso es pastora en la iglesia evangélica “Cita con la Vida”, una comunidad histórica de la ciudad.
Sin embargo, consultada respecto a una potencial “alianza” entre la iglesia y La Libertad Avanza, Barroso se muestra tajante: “No hay una alianza entre La Libertad Avanza y la iglesia. Es una palabra muy fuerte”, sostiene, consciente de los interrogantes que su “doble rol” genera. “Yo llego a este espacio porque comparto los valores que representa. La libertad, la familia, la vida. No por una estrategia institucional ni por una bajada de línea”.
Politóloga de formación, Barroso asegura que no improvisa en su desembarco en el espacio libertario. “Siempre quise servir a la gente, es mi deseo profundo. Lo hice desde la iglesia y también desde mi preparación profesional. Mi ingreso a la política tiene que ver con eso: poner todo lo que soy al servicio de la transformación que el país necesita”, explica en diálogo con Perfil Córdoba.
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Si bien reconoce afinidad con el discurso y la agenda de Milei, se encarga de evitar personalismos. “Hoy estoy trabajando junto a Bornoroni en su equipo, como referente de capital. Recorremos Córdoba para que las ideas de la libertad lleguen a todos los rincones”. En ese sentido, el trabajo territorial le resulta familiar. “No me sorprende lo que la gente dice cuando recorremos los barrios: impuestos altos, cargas fiscales, angustia cotidiana. Es lo mismo que escucho hace años en la comunidad. La diferencia es que ahora siento que hay un proyecto político dispuesto a dar esa batalla cultural en serio”.
Aunque algunas encuestas internas empiezan a medirla, Barroso elige la cautela: “No tengo expectativas personales. No me mueve un cargo. Mi único objetivo es que este proceso de transformación continúe y se profundice. Hoy eso pasa por acompañar al presidente y al diputado Bornoroni desde el lugar que me toque”.
Sobre el debate en torno a las listas y las alianzas, sí deja en claro que su postura está alineada con la línea interna pro-Bornoroni que propone “candidatos puros”. “Me gustaría que vayamos con gente formada en nuestros valores, sin acuerdos de conveniencia. Pero si las autoridades nacionales dicen otra cosa, lo aceptaré. Recién estoy empezando y muy abierta a aprender”.
Política y fe: puntos de contacto
El apellido Belart, con fuerte presencia en la iglesia que lidera junto a su esposo Juan —hijo del histórico pastor Carlos Belart—, despierta, inevitablemente, algunas lecturas políticas. Barroso le quita presión a la cuestión. “Juan no participa en política, está abocado al ministerio. Me apoya porque me conoce y sabe que esto lo hago por vocación, no por ambición”, sostiene.
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En ese sentido, remarca que su tarea pública no se confunde con su rol pastoral. “En la iglesia se sirve, no se adoctrina. Nadie baja línea política. Que yo me identifique con un proyecto no quiere decir que la comunidad también lo haga. Esto es una decisión personal”, sostiene respecto al tan remanido peso del “voto evangélico” del que tanto se habla cuando se acerca una contienda electoral y que históricamente se ha mostrado disperso, teniendo en cuenta que la “comunidad evangélica” no logró canalizar el apoyo en un candidato.
Aun así, reconoce que La Libertad Avanza conecta con una sensibilidad social que las iglesias —especialmente las evangélicas— suelen compartir: valores familiares, cultura del esfuerzo y rechazo al clientelismo. “No hay acuerdo institucional, pero sí hay identificación. La gente a eso lo percibe y lo valora”.
Entre los objetivos de Barroso para el corto plazo es sumar más mujeres al espacio libertario, que en Córdoba (y en el país en general) tiene un electorado predominantemente masculino y joven. “Veo muchas mujeres que se sienten representadas. Pero falta trabajo. Tenemos que llegar a todas las edades y sectores. La libertad no es de una franja: es de todos”. Sobre su futuro, insiste en que el tiempo lo dirá. “Yo tengo un lema: siempre se pueden hacer las cosas un poco mejor. Ese es mi norte. Si mañana tengo que asumir un rol legislativo, lo haré con dedicación y responsabilidad. Pero hoy mi tarea es escuchar, sumar y seguir formándome”.