La expectativa por el resultado de las elecciones provinciales de este domingo en Buenos Aires y su impacto en el entramado político y en las variables financieras se llevó toda la atención de los más de cien participantes que se dieron cita este jueves en el Llao Llao para la 46° Convención Anual del IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas). El humor fue de cauto optimismo: hay temor por las próximas semanas, pero hacia adelante las proyecciones son positivas.
Ese humor se plasmó en datos concretos: según una encuesta realizada por consultora EY Argentina, en conjunto con el Instituto Argentino de Finanzas (IAEF), con participación de más de 100 empresas del país, la mayoría de las compañías esperan para el próximo año más ventas y una mejora de la rentabilidad de sus negocios.
«Con una mirada de más largo plazo, los proyectos de inversión están empezando a madurar, lo cual es una señal muy positiva. Por otro lado, las necesidades de financiamiento siguen manteniéndose en niveles bajos, lo que refleja cierta cautela que aún prevalece en el mercado. La recuperación de la economía no es pareja en todos los sectores, y en muchos aún se nota la existencia de capacidad ociosa”, destacó Alejandro Kelman, socio de EY Argentina.
En relación con las fuentes de financiamiento empleadas por las compañías en sus proyectos, el 27% se autofinanció, el 22% recurrió a entidades financieras y el 19% utilizó recursos provenientes de proveedores. “Es importante que el financiamiento estructurado y la utilización del mercado de capitales vuelvan a ser considerados para financiar proyectos de gran envergadura como los RIGI”, señaló Kelman.
Pero el corto plazo empaña la visión: las principales preocupaciones en los pasillos del Llao Llao fueron el nivel del dólar, el impacto de la estrategia del Gobierno para sostenerlo y las luces amarillas que el plan económico parece presentar en la actividad.
«Claramente hay un problema»
El economista Miguel Kiguel, de Econviews, reconoció que la situación actual es «de tensión» y en cierta medida cruzó al vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning por la estabilidad de las reservas.
«Claramente hay un problema: uno no ve que el mercado esté tranquilo», dijo y detalló: «Hoy las reservas líquidas del BCRA son US$ 20 mil millones, US$ 14 mil millones los prestó el Fondo Monetario y no quiere que el Gobierno los use. Estamos en un atolladero, tenemos que salir de alguna forma, tenemos que juntar dólares».
«El mercado espera que, después de las elecciones, el Gobierno acelere el paso en la acumulación de reservas«, comentó en esa misma línea, Lucila Barbeito, de JP Morgan.
«El consenso del mercado es que cualquier resultado en octubre que al Gobierno le permita al menos tener un tercio del Congreso para sostener poder de veto va a ser bien recibido por los inversores. Las otras dos cuestiones que importan son las reformas que vaya a intentar pasar el gobierno después de las elecciones, reformas impositivas, reformas laborales que tienden a aumentar la productividad de la economía», añadió.
Ambos economistas coincidieron en que para el mercado sería importante la «transparencia» respecto de las operaciones del Tesoro en el mercado de cambios, algo que por ahora solo viene detallado por las estimaciones de la City y los montos de intervención de las últimas dos semanas no han sido confirmados por el Gobierno.
El Secretario de Finanzas, Pablo Quirno, circulaba por los pasillos del evento, captando la atención de los asistentes. Quirno será el plato fuerte en el almuerzo de este viernes en la segunda jornada del IAEF y la expectativa es que de más precisiones no sólo sobre la política de bandas sino sobre el futuro de la política monetaria. Las tasas reales elevadas son otro de los temas del «corto plazo» que preocupan a los ejecutivos financieros.
SN