Luego del cierre de listas para las elecciones de diputados y senadores de octubre, el Congreso se reactiva esta semana con una agenda dominada por la oposición y adversa una vez más a los intereses del gobierno de Javier Milei, que enfrentará el desafío de sostener sus vetos a las leyes sobre jubilados y discapacidad y el riesgo de que los decretos del «plan motosierra» caigan definitivamente.
El arco opositor volvió a unir fuerzas en la Cámara de Diputados para convocar a una sesión el miércoles a las 12:00, en la que prevé insistir con la ley que fijó un aumento para los jubilados (en los haberes y en el bono) y la que estableció la emergencia en discapacidad y asigna más fondos para el área.
Ambas fueron vetadas por Milei y la oposición busca reunir la mayoría de dos tercios para anular esa decisión y restablecer la vigencia de esas leyes, en paralelo al tratamiento de otros temas incómodos para el Gobierno, como la puesta en marcha de la comisión investigadora del caso $LIBRA, la presunta criptoestafa que salpica al Presidente.
Como una suerte de operación de pinzas, la oposición también avanzará en el Senado, donde el kirchnerismo intenta convocar a una sesión para el jueves con el fin de rechazar los decretos con los que Milei, en uso de las facultades que le delegó el mismo Congreso en la Ley Bases, eliminó la Dirección Nacional de Vialidad y modificó el Banco Nacional de Datos Genéticos, entre otros organismos.
Se trata de un paquete de cinco decretos que formaron parte de la «motosierra» que Milei y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, pasaron sobre distintas dependencias del Estado. La Cámara de Diputados ya los rechazó y si la oposición consigue hacer lo mismo en el Senado esas medidas quedarán sin efecto, en lo que sería un fuerte revés para el Gobierno.
El Congreso vuelve a poner en aprietos a Javier Milei: los vetos que discutirá Diputados
El nuevo impulso de la agenda opositora en el Congreso tiene mucho que ver con el clima electoral. La integración de ambas Cámaras cambiará después de las elecciones de octubre y los opositores más duros, con el peronismo/kirchnerismo a la cabeza, quieren marcarle la cancha al Gobierno antes de esa renovación, que podría ser favorable a LLA.
Algunos legisladores buscan levantar los temas más incómodos para Milei precisamente para que el debate se meta en la campaña electoral, según deslizaron a iProfesional fuentes que forman parte de esta nueva movida. Tal es el caso del veto a la ley que estableció un aumento del 7,2% para todas las jubilaciones y un incremento del bono de $70.000 a $110.000, al igual que la emergencia en discapacidad cuyo veto, además, acaba de tener un fallo contrario en la Justicia Federal.
En la sesión que Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, se vio forzado a convocar para el miércoles, también se discutirá el veto a la ley de emergencia en Bahía Blanca (que ordenó destinar más fondos tras las inundaciones de principios de año) y el que se aplicó al restablecimiento de la moratoria previsional.
La oposición todavía no tiene asegurada la mayoría de dos tercios que se requiere para insistir con una ley vetada por el Ejecutivo. Una de las fuentes consultadas incluso da por hecho que no los tienen en el tema de la moratoria para quienes no cumplen los 30 años de aporte para jubilarse. Los demás están por verse. Pero sí confían en que juntarán quórum para abrir el extenso debate.
Jubilaciones, discapacidad, caso $LIBRA y la táctica de la oposición para una sesión difícil
«Supuestamente estamos holgados de número, por eso se avanzó con el pedido de sesión», señalaron a iProfesional en el despacho de un diputado opositor, donde confían en tener 133 presentes para arrancar la sesión. El quórum se da con 129. En otra oficina señalaron que el éxito o fracaso del plan opositor «depende mucho de los heridos del cierre de listas».
En efecto, en la oposición especulan con que aquellos diputados que se hayan visto relegados en el armado electoral -miran con especial atención al bloque del PRO y aliados provinciales del oficialismo- podrían llegar a apoyar el rechazo a los vetos.
No obstante, para garantizarse el quórum los bloque Unión por la Patria, Democracia para Siempre, Encuentro Federal, Coalición Cívica y otros apelaron a lo que algunos ya bautizan como técnica del «sánguche»: tratar los vetos por separado y meter entre uno y otro los proyectos que impulsaron los gobernadores para obligar a Milei a distribuir los Aportes del Tesoro (ATN) y el impuesto a los combustibles entre las provincias.
La idea detrás de ese esquema (que ya lo emplearon en un sesión anterior) es mantener el quórum toda la sesión y evitar que los diputados alineados con los jefes provinciales se vayan del recinto una vez que se aprueben esos proyectos que interesan a las provincias.
No obstante, los gobernadores que sellaron alianzas con La Libertad Avanza para las elecciones de octubre, como Rogelio Frigerio (Entre Ríos) o Alfredo Cornejo (Mendoza) ya empezaron a retirarle apoyo a esas iniciativas y se inclinan a aceptar la contrapropuesta que hizo el oficialismo con un proyecto alternativo, que difiere el reparto de esos fondos para el fin del año fiscal.
Si ese menor apoyo se concreta, Milei recibiría al menos una ayuda en la sesión que armó la oposición, aunque necesitará más, porque en medio del temario también se coló el proyecto que modifica el reglamento de la comisión investigadora del caso $LIBRA a fin de ponerla en marcha y bajo la presidencia de un diputado opositor. El kirchnerismo ya se prepara para citar desde allí a Karina Milei y el tema inquieta a la Casa Rosada.
Los decretos del «plan motosierra» de Milei, en peligro en el Senado
Mientras tanto, la bancada de Unión por la Patria en el Senado busca asegurarse la mayoría de 37 para convocar a una sesión -o autoconvocarse, como hicieron la vez pasada- para el jueves, con el fin de darle el rechazo definitivo y «voltear» los decretos con los que Milei eliminó Vialidad Nacional, hizo cambios sensibles en el Banco Nacional de Datos Genéticos, el INTI, el INTA, la Marina Mercante y organismos culturales.
En muchos casos las medidas consistieron en eliminar, fusionar o recortar drásticamente las funciones y el personal de esas dependencias estatales, parte central del llamado «plan motosierra» que Milei le encargó a Sturzenegger y que, para el Gobierno, es importante para sostener el equilibrio fiscal.
No es para nada imposible que esos decretos caigan en el Senado. El kirchnerismo tiene 34 votos y necesita una mayoría simple de 37 que podría conseguirla, como ocurrió otras veces, con los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco, más la larretista Guadalupe Tagliaferri del bloque PRO. Un detalle que se suma ahora, con las listas para las elecciones cerradas, es que al menos dos de ellos se irán del Senado a fin de año. El único con alguna chance de seguir es Blanco.
Con eso en vista, el kirchnerismo ve posibilidades de juntar el quórum e ir a una sesión el jueves para rechazar los decretos. Este lunes el interbloque Unión por la Patria envió una señal: se reunió con Abuelas de Plaza de Mayo, para quienes el Banco Nacional de Datos Genéticos es clave en la búsqueda de los hijos y nietos desaparecidos en la dictadura, y José Mayans, jefe de la bancada, se comprometió públicamente a «rechazar el decreto lo antes posible».
Además, la oposición apura en las comisiones que se reunirán este martes la firma de los dictámenes para los proyectos que destinan más recursos al Hospital Garrahan y a las universidades. Los dos tienen media sanción de Diputados y Unión por la Patria intentará reunir una mayoría de dos tercios para aprobarlos sobre tablas el mismo jueves. «Si no llegan quedará para la próxima, pero la sesión sería por los decretos», apuntó a iProfesional una fuente parlamentaria.
De esta forma, la oposición intenta una nueva avanzada en el Congreso contra las medidas de Javier Milei justo después del cierre de listas y en medio de la campaña para las elecciones de septiembre en Buenos Aires y las nacionales de octubre, que renovarán la composición de Diputados y del Senado. Con el reloj electoral corriendo, el oficialismo intenta contener lo que interpreta como golpes al plan que bajó la inflación y los opositores instalar los debates más incómodos.