Hace una semana comentábamos al criticar Amores materialistas, con Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal, que al cine hollywoodense lo está atacando una epidemia. Las películas arrancan bien, pero llega un momento en el que desbarrancan, y no hay manera de devolvernos la empatía: no les creemos nada. Y con La hora de la desaparición algo de eso también sucede.
No solo no empieza mal, sino que la primera hora de la proyección de la nueva película de Zach Cregger, el director de Bárbaro, entusiasma lo suficiente como para sentirse atrapado, dejarse llevar y hasta pensar bueno, por fin una película del género de terror mantiene la intriga en un punto alto, extremo, y nos zambullimos en ella.
Chicos caminando hacia la oscuridad
Si vieron el trailer sabrán que la hora a la que hace referencia el título en castellano (Weapons, armas, es el original) es aquella en la madrugada en la que todos los chicos -menos uno- se despertaron (o no), salieron de sus camas, abrieron las puertas de sus casas en un barrio de clase media alta, y empezaron a correr, con los bracitos como alas de un avión.
¿Hacia dónde?
Hacia la oscuridad.
Ya una voz en off, de un niño o niña, nos (pre)avisa que el pueblo prefirió guardar silencio con respecto a la desaparición masiva.
Y como si se tratara de Rashomon, la película de Akira Kurosawa, habrá varias versiones de unos mismos hechos. Nadie está entrevistando a estos personajes, sino que Cregger narra la historia desde el punto de vista de cada uno de ellos.
Personajes bien elaborados
Empezando por Justine (Julia Garner, de Ozark y que interpretará alguna vez a Madonna en su biopic), la maestra de esos chicos a la que casi todos los padres -sin entender qué es lo que pasó- la responsabilizan. Por qué desaparecieron los chicos de su aula, y no los de otra, los lleva a acusarla. Uno de los padres, Archer (Josh Brolin), es quien empieza a realizar una investigación por su cuenta.
Y Alex (Cary Christopher, 9 años, pronto lo veremos al lado de Keanu Reeves en Outcome), ¿por qué no desapareció?
También hay otros personajes, como un policía (Alden Ehrenreich, que fue Han Solo en el spin-off de Star Wars y que vino a rodar Tetro, la de Francis Ford Coppola a la Argentina) al que se le va la mano con un drogadicto (Austin Abrams), y hasta el superior de Justine, interpretado por Benedict Wong.
Así que tenemos a tres intérpretes que, como en Amores materialistas, forman el UMC (Universo Cinematográfico de Marvel), que son Garner, Brolin y Wong, y nos pasa lo mismo que con la comedia romántica: hay una escena que, diríamos, es too much. Demasiado.
Con suspenso bien dosificado
Pero por suerte en La hora de la desaparición esto ocurre cuando está por llegar el desenlace. Antes, el suspenso está más que bien dosificado, las vueltas de la trama escrita por el propio director funcionan, los anclajes de cómo vive cada uno de los personajes lo que se narra están bien aceitadas…
Por supuesto que no vamos a develar qué es lo que hace ese clic poco bienvenido, exagerado, cuando La hora de la desaparición pintaba para devolvernos la esperanza en el cine del horror, psicológico y del otro.
Párrafo aparte para la aparición de Amy Madigan (McCoy en Calles de fuego; alguna vez candidata a un Oscar) como la tía de los papás de Alex. Está irreconocible a sus 75 años.
“La hora de la desaparición”
Buena
Terror. Estados Unidos, 2025. Título original: “Weapons”. 128’, SAM 16.De: Zach Cregger. Con: Josh Brolin, Julia Garner, Alden Ehrenreich, Austin Abrams, Cary Christopher, Benedict Wong y Amy Madigan. Salas: IMAX, Cinemark Palermo, Hoyts Abasto y Unicenter, Cinépolis Recoleta y Pilar, Showcase Belgrano y Haedo.