El dólar mostró en los últimos días la volatilidad propia de un esquema de flotación. Un comportamiento que indica presión, pero que también devela una estrategia buscada por el Gobierno para demostrar un punto de inflexión: que el aumento del tipo de cambio se desacopló de la variación de los precios y que ahora sólo la cantidad de dinero circulando en la economía es la que determina los valores. Donde los mercados ven un desorden en las tasas de interés, el sector privado también ve un “testeo” típico del ministro de Economía, Luis Caputo, en su faceta más trader. Un escenario en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) toma nota de una cotización más alta, acorde a sus exigencias.
“Caputo es un trader en el Palacio de Hacienda, no es un economista”, declaró a PERFIL una voz empresarial vinculada a las finanzas. Según su análisis, en el juego de la suba y baja del dólar, el titular de la cartera económica está poniendo “a prueba” a la City porteña para evaluar los límites de las expectativas que ancló durante casi toda la gestión con la cifra de inflación.
La duda sobre el incremento de la divisa es si, como es habitual en Argentina, habrá passthrough, es decir, traslado a precios al consumidor en el IPC de julio. El dólar avanzó un 12% en junio y, si se suman las últimas ruedas, el incremento llega al 19%. Sin embargo, las mediciones semanales de inflación muestran estabilidad o hasta desaceleración. Por ejemplo, LCG promedió 1,6% en las últimas cuatro semanas.
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Consumo estancado para evitar convalidación de altos precios
El Gobierno tiene la certeza de que está controlando la inflación con la política monetaria. Aunque la base de la administración libertaria para creer que es una batalla ganada es el consumo, que es el indicador que se mantuvo deprimido desde el inicio de la gestión, con algunos mínimos repuntes, pero sin recuperación. Sin poder adquisitivo o aliento para un gran volumen de compras, la tendencia a convalidar precios más altos producto de un aumento del dólar es baja o casi nula.
La vuelta del carry trade
A medida que el tipo de cambio se acomoda en escalones, Caputo testea no solo esa permeabilidad del IPC, sino cuánto puede seguir acercándose al valor que quiere el Fondo, más cerca del techo de la banda y a un número “competitivo”, como repite en sus documentos técnicos una y otra vez. Para estabilizarlo, el revuelo con las tasas de interés que dejó el desordenado desarme de las LEFIs reavivó la estrategia que ayudó a mantener el dólar estable hasta hace unas semanas: el carry trade.
“El dólar profundizó su caída exhibida el lunes, en otra rueda en que las tasas cortas se dispararon. Algunos inversores locales y offshore estarían rearmando sus posiciones de carry trade, aprovechando que las altas tasas en pesos serían consecuencia de un problema de escasez de liquidez más que un cambio de paradigma”, indicó Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
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Analistas de Romano Group consideraron que “prima el interés por mantener al tipo de cambio flotando ‘tranquilo’, y por ello la idea de no consolidar un esquema de tasa fuertemente a la baja”.
Un informe de Adcap Grupo Financiero prevé, sin embargo, que “el nivel actual de tipo de cambio, sostenido por el Tesoro, prioriza la acumulación de reservas por sobre la desinflación. No obstante, el reciente salto del tipo de cambio podría impactar en la inflación y también en las chances políticas”.
AM/ML